Mascotas - Alimentación canina
   
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.La Alimentación del Perro

Las necesidades alimenticias de los perros adultos, en general, no difieren de la de los cachorros. No obstante, puesto que ya han dejado de crecer, necesitan menor cantidad de proteínas y de calorías. Aunque hay excepciones: una perra preñada o que esta criando a su camada necesitara mas proteínas y calorías, y un perro de trabajo en plena actividad necesitara ingerir mas cantidad de calorías también.

Como en el caso de cachorros, existe una enorme variedad de alimentos a su disposición. Los alimentos húmedos se venden enlatados y consisten en carnes preparadas. Algunos deben ser mezclados con galletas para perros para aportar los carbohidratos y fibra necesarios. Otros, llevan ya cereales incorporados, así que hay que tenerlo muy en cuenta cuando se compren. El alimento seco completo contiene solo un 9% de humedad y puede servirse tal como viene en el envase o reblandecido con agua o jugo de carne. El alimento semihúmedo completo contienen un mayor porcentaje de agua que las croquetas.
En la elección del alimento mas adecuado intervienen numerosos factores: el precio(las croquetas son mas económicas), la comodidad (envases mas manejables, alimentos que pesen menos u ocupen menos espacio en la despensa, etc.) y el gusto o preferencia de la mascota en cuestión. Un perro siempre debe tener agua fresca a su entera disposición, pero si se alimenta con concentrado seco, el recipiente de agua deberá estar siempre lleno hasta arriba a la hora de comer. Alimentar al perro con comida especial preparada en casa da mucho trabajo y no siempre ofrece resultados tan buenos como el concentrado comercial de calidad. Si decide hacerlo, será mejor que pida consejo a su veterinario para que pueda estar seguro de que el menú de su perro esta bien equilibrado en nutrientes.
La Ración Diaria
En la actualidad, los perros no suelen tenerse como animal de trabajo. Dada la vida sedentaria de la mayoría de las mascotas, con muchas menos oportunidades que antes para hacer ejercicio, no tiene nada de extraño que su principal trastorno nutricional sea hoy en día la obesidad. Es conveniente pesar a los perros de manera periódica y, si se observan cambios importantes en su peso, ajustar la ración diaria para evitarle que lleguen a estar mas delgados o gordos de lo debido. Podrá reconocer a simple vista los síntomas habituales del sobrepeso: el perro se siente pesado, se cansa fácilmente o se queda sin aliento con facilidad.
Siga las instrucciones que aparecen en el envase del alimento, pero no olvide que la raza, el temperamento y el estilo de vida de cada animal influyen en gran medida en sus necesidades calóricas. Un perro mas bien perezoso tiende a necesitar menos calorías que otro nervioso o excitable, y engorda con mucha mas facilidad. Los perros castrados necesitan menos alimento. Es mucho mas fácil evitar que el perro engorde que hacerlo adelgazar poniéndole a dieta cuando ya ha aparecido un problema de sobrepeso.
 
Si queremos que el perro nos dure mucho tiempo, y que esté sano, hay que comenzar por darle bien de comer. Esto no significa darle de comer hasta reventar: hay que tener en cuenta la calidad y la cantidad de lo que come, exactamente igual que haríamos para con una persona.
 
Antiguamente se consideraba al perro como poco más que el “cubo de la basura” de la cocina. Es cierto que un perro se come todo (o casi todo) lo que le den sus amos, pero una alimentación a base de sobras no es exactamente lo mejor que se le puede dar.
 
Tan malo como que viva de sobras, es darle solo carne y huesos. El aparato digestivo de un perro es el de un animal carnívoro. Sin embargo, la convivencia con los humanos ha hecho que se adapten a una dieta mucho más variada, y hoy en día necesitan algo más que carne.
Consejos Alimenticios
 
Algunos consejos útiles a tomar en cuenta para una adecuada alimentación de su mascota:
 
 • No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden encontrar en los comercios suficiente cantidad de alimentos que ya están pensados para que el perro esté bien alimentado. No tenga reparo en preguntar a su veterinario, o al criador que te ha vendido el perro (si le has conseguido de esta forma)
• Déle siempre de comer a la misma hora. Un perro sano funciona como un reloj y le ayudará a controlar el cuando realiza sus necesidades. De esta forma puede organizar el día (comidas y paseos) con más facilidad.
  • Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca. Además, el tipo y cantidad de comida que se le ha de dar varía con su edad y su desarrollo. Pregunta al criador o al veterinario.
  • No le deje nunca el plato lleno a rebosar para que coma cuanto le venga en gana, porque un perro gordo ya no adelgaza jamás, y le acorta la vida. Además siempre es bueno que se quede con “un poquito” de hambre (tendrás un perro más alerta y despierto) pero sin que esté famélico (porque se largará con el primero que le dé algo de comer).
 • Enséñele a comer como es debido. Ponle la comida en el plato, y si se hace el remolón, a los 15 minutos se la quitas (sin compasión). Aprenderá a comer sin entretenerse.
 • La ración diaria, es conveniente repartírsela en tres comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es normal que en el caso de los adultos se les dé una sola comida diaria, aunque tiene sus desventajas, con una sola comida, de una a la siguiente pasan 24 horas en las que el animal no prueba bocado, y en el rato de después de comer tiene el estómago lleno hasta los topes, con lo que aumenta el riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro grande.
  • El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia. En verano, a veces, es conveniente racionársela un poco, pues si bebe en exceso le puede provocar diarreas.
  • No debe dársele comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un cachorrillo. Hacerlo, causa dos problemas: 1) siempre estará pidiendo cada vez que te sientes a comer (y ya no le quitas la costumbre en la vida), 2) es muy probable que rechace su comida; si comer de tu plato le gusta, dirá en adelante que “el concentrado, te lo comes tú”. Y para quitarle esta costumbre tendrás que hacerle pasar hambre.
 • Si el perro está sano y no ha cogido malas costumbres, el hecho de que no coma, o solo coma parte de lo que le dejas en el plato, puede deberse a estas causas:
  • Ya está saciado. Basta con reducirle un poco la ración diaria para arreglar el problema. Se sabe que es este el caso, si aparte del hecho de no comer, el perro sigue estando alegre y activo.
 • El perro "sabe" que ha comido lo suficiente, en relación al ejercicio que hace. Posiblemente le pasea poco, y el perro deja de comer, instintivamente, cuando ya ha satisfecho sus necesidades.
• Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a comer, o ponle la comida después del atardecer, cuando el calor disminuya.
• Está aburrido de la comida. A veces pasa. Puede “condimentársela” un poco, por ejemplo, mezclándole con la comida alimento húmedo (de lata). Si come como una fiera, es que ya estaba harto de que la comida siempre tenga el mismo sabor.
 • Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales, además de la falta de apetito. Vigílelo!!!
 • Cuando deba cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de concentrado para cachorros a concentrado para adultos) no lo haga de golpe sino gradualmente, mezclando ambos tipos de comida y variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo tipo de comida.
 • Si un día se le antoja darle carne en vez de su concentrado (no te lo aconsejo, pero tu sabrás), no se la des nunca cruda. Caliéntela un poco, al menos. Evitará problemas digestivos por la falta de costumbre, además de eliminar el riesgo de parásitos. Recuerde además que la carne cruda le deja un aliento asqueroso y le provoca ventosidades, que luego tendrá que aguantar. Y recuerde que la próxima vez que le pongas el concentrado va a decir que “pa’ tí”.
 • Puede darle huesos para roer, de vez en cuando (no muy a menudo o tomará exceso de calcio y a la larga tendrá problemas). Déle huesos grandes: la rodilla de ternera es ideal, después de cocerla un poco (hasta puedes aprovechar tú el caldo, para una sopa). Huesos pequeños (de pollo, de conejo...) no se los de nunca, los astillará y tragará casi enteros. Si no se le atraviesan en la garganta, lo cual implicará visita al veterinario de urgencias, sufrirá después cuando vaya a defecar.
   
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